Romain Gary, otro escritor que se suicidó -Émile Ajar como pseudónimo en muchas de sus obras-, sí lo hizo, pues lo ganó primero con su propio nombre en 1956 gracias a la novela Les racines du ciel, y en 1975, bajo pseudónimo, gracias al título que quería recomendaros el día de hoy: La vie devant soi, publicada en España como "La vida ante sí" de Romain Gary, ed Galaxia Gutenberg, Barcelona 1997, traducción de Ana María de la Fuente. A quienes os atreváis con la versión original, no tiene desperdicio porque utiliza bastante argot, lo encontraréis en la editorial Folio por unos 8 ó 9 euros.
Me resultó un libro muy emotivo, tan tierno que hasta la peor desgracia te hace sonreír por la ingenuidad de Momo, el joven protagonista de esta historia, que tiene lugar en un barrio parisino de gente que está sola por el mundo. A pesar de ello, es una novela con una fuerza dramática y un realismo arrollador.
Argumento:
"Mohamed, un niño musulmán –al menos eso cree– que vive en una pensión con una prostituta judía, vieja y enferma, nos cuenta como siente la vida desde el punto de vista de un adolescente de entre diez y catorce años. Momo –los amigos le llaman así– no sabe exactamente qué edad tiene y tampoco conoce a sus padres. Pero sí intuye muchas más cosas acerca de la vida que algunos adultos. Mohamed supone que es un hijo de puta –con estas mismas palabras– ya que todos los niños que viven con la Sra. Rosa lo son, ella los cuida y las madres le hacen llegar algunos francos al mes, aunque no siempre."
Si os interesa el autor, podéis leer este artículo que he encontrado en Internet que es bastante interesante.
Si os atrevéis en francés, visitad la web www.romaingary.org, que es muy completa.
En la imagen, un jovencito Romain Gary / Émil Ajar en los años en los que todavía era miembro del cuerpo de aviación del ejército francés, con el que estuvo presente, entre otros, en los frentes de Abisinia, Libia y Normandía.
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